
Comer papas fritas 3 veces por semana aumentaría el riesgo de diabetes tipo 2, según estudio

Un nuevo estudio publicado en la revista científica British Medical Journal concluyó que el consumo frecuente de papas fritas podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2. La investigación encontró que las personas que consumen papas fritas tres veces por semana tienen un 20% más de riesgo de desarrollar esta enfermedad crónica, que afecta a millones de personas en todo el mundo.
“Encontramos que comer papas fritas estaba relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, pero otros tipos de papas (como las horneadas, hervidas o en puré) no mostraron el mismo riesgo”, explica, Seyed Mohammad Mousavi, investigador en la Universidad de Harvard en Cambridge.
Las formas de cocinar las papas son la clave
Aunque las papas son un alimento básico en muchas dietas, su preparación puede determinar su efecto en la salud. Según el estudio, no todas las papas tienen el mismo impacto en el cuerpo. Las papas hervidas, al horno o hechas en puré no se asocian con un riesgo elevado de diabetes. Sin embargo, las papas fritas, debido a su método de cocción, presentan un riesgo mayor. El proceso de fritura en aceite, especialmente cuando se usa aceite de baja calidad o se fríen a altas temperaturas, transforma el almidón de las papas en sustancias que el cuerpo metaboliza de manera menos eficiente, lo que favorece el desarrollo de resistencia a la insulina.
El estudio se basó hábitos alimenticios de más de 205,000 adultos en Estados Unidos durante casi cuatro décadas. Se subraya incluso una pequeña cantidad de papas fritas, menos de una porción semanal, ya podría tener consecuencias adversas.
“No todas las papas son iguales”, dijo Mousavi. “Incluso una pequeña cantidad de papas fritas, menos de una porción a la semana, se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2”.
El cambio de la grasa al aceite vegetal
El estudio recopiló datos de entre 1984 y 2021, cuando varios métodos de fritura eran populares. El cambio de las grasas animales a aceites vegetales fue una evolución importante en la industria alimentaria, especialmente en la preparación de papas fritas. Durante años, los restaurantes y las cadenas de comida rápida utilizaron cebo de res para freír, lo que aportaba altas cantidades de grasas saturadas. Sin embargo, en las décadas de 1980 y 1990, muchos establecimientos comenzaron a usar aceites vegetales como canola, girasol, soja y cacahuate, los cuales contienen más grasas insaturadas y, en algunos casos, grasas trans.
A pesar de ser una mejora en términos de salud comparada con las grasas animales, los aceites vegetales aún pueden ser problemáticos si no se usan correctamente. La fritura excesiva de las papas en aceites vegetales sigue incrementando el contenido calórico de los alimentos y, al absorber el aceite, las papas se convierten en un ingrediente mucho más rico en grasas, lo cual no es saludable a largo plazo.
“El sebo de res tiene un alto contenido de grasas saturadas y otras grasas dañinas. Definitivamente, no lo recomendamos”, dijo Mousavi.
Una limitación del estudio de Mousavi es que no tuvo en cuenta que las personas añadían ingredientes poco saludables a sus patatas hervidas, horneadas o en puré.
"¿Qué le añaden las personas a las papas al horno? Mantequilla, tocino, queso, crema agria", dijo a NBC Shannon Galyean, profesora de nutrición en la Universidad Tecnológica de Texas, quien no participó en la investigación. "Y tampoco sabemos si las comían con piel".
La experta afirmó que la cáscara de la papa contiene nutrientes como la fibra, que ayuda a controlar el azúcar en la sangre. Además, las papas, cuando no se fríen ni se untan con mantequilla, pueden ser una fuente útil de potasio, que ayuda a regular la presión arterial.
Una opción más saludable para freír papas en casa
Para aquellos que disfrutan de las papas fritas en casa pero quieren evitar los riesgos asociados, Mousavi sugiere algunas alternativas más saludables. Una opción es freír las papas en aceites de buena calidad como el aceite de oliva o el de aguacate, que son ricos en ácidos grasos monoinsaturados y tienen un menor impacto negativo sobre la salud cardiovascular y metabólica. Además, se recomienda hornear las papas con un toque de aceite, una alternativa que reduce considerablemente las grasas sin sacrificar el sabor.
Otra recomendación es usar una freidora de aire, un dispositivo que permite cocinar las papas con muy poca cantidad de aceite. Esto reduce considerablemente las calorías y las grasas, manteniendo el crujido característico de las papas fritas. También se puede comer las papas con su piel, ya que esta contiene fibra que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre.
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